Amenazas y fortalezas de la tecnología que minará nuestra identidad para siempre
Doce años atrás, la ratio de éxito de esta herramienta era del 50%, puro ejercicio de ensayo y error. Hoy en día se está situando cerca del 80%, y sus expectativas de crecimiento y posibilidades son positivamente exponenciales. Hablamos del reconocimiento facial, un clásico de la inteligencia artificial que se está acercando a la madurez gracias a inversiones institucionales de gran escala entre las que destaca la República Popular China.
Javier Rodríguez Saeta, director general de la empresa de seguridad Herta Security, especializada en reconocimiento facial, señala que el punto de disrupción de esta tecnología fue la presentación del iPhone X, el teléfono de Apple que proponía como uno de sus valores diferenciales la capacidad de desbloquear el móvil con tu rostro.
Aún y así, el desarrollo de esta tecnología ha tomado una senda bien lejana a la comunicación bidireccional. La seguridad y la búsqueda de coincidencias entre miles de rostros y los de una lista predefinida es el principal uso que se le da a esta herramienta y la que más le hace crecer. Como comenta Saeta a #VodafoneOne, gracias al reconocimiento facial “podemos hacer 30 millones de comparaciones en un segundo”, tratándose de la “tecnología más rápida del mundo” que influirá en el futuro de las Smart cities, que “están integrando la seguridad a todos los niveles”.
Además de para chequear qué individuos coinciden con los individuos que tenemos identificados en una lista previa, esta tecnología también está empezándose a usar para encontrar ancianos desorientados o perdidos.
Aquí un ejemplo de su funcionamiento:
El gobierno de China ya ha acumulado una base de datos faciales con 720 millones de personas
China es una de las puntas de lanza en el desarrollo e implementación del reconocimiento facial, y su gobierno ya ha acumulado una base de datos faciales con 720 millones de personas (la mitad de su población), y tiene previsto desplegar 450 millones de cámaras de cara a 2020.
SenseTime, startup ligada al gobierno chino, está trabajando también en el reconocimiento no solamente de rostros, sinó también de vehículos. Bai Tanyi, manager de la empresa, destaca que “el reconocimiento de objetos facilita mucho a la policía la tarea del seguimiento de vehículos”.
Brian Lovell: un trabajador dedica tres semanas de su vida laboral a registrarse en webs y dispositivos, mientras que con el reconocimiento facial se reducirá a una semana
A su vez, el uso de esta herramienta para evitar tener que escribir contraseñas para entrar en cualquier web o dispositivo sigue siendo uno de sus principales puntos fuertes. Li Xiu, CEO de SenseTime, resalta que su tecnología dificulta posibles hackeos, ya que tu rostro es teóricamente único y no se puede copiar, mientras que Brian Lovell, CEO de la agencia RED Interactive, subraya como “un trabajador dedica tres semanas de su vida laboral a registrarse en webs y dispositivos, mientras que con el reconocimiento facial se reducirá a una semana”.
Por otro lado, en China las autoridades también utilizan esta tecnología para penalizar directamente a los transeúntes ya que, si cruzan los pasos de cebra en rojo, primeramente son identificados y posteriormente su imagen aparece en una pantalla urbana “de la vergüenza”, dedicada a vilipendiar públicamente a infractores.
Más allá de China, Amazon también se hizo un hueco en la agenda pública por su software Rekognition, encargado de realizar el tracking mencionado anteriormente y encontrar rostros en cualquier espacio y que coincidan con tu base de datos preestablecida.
Moisés Fernández: con el software Rekognition se pierde la intimidad y se corre el riesgo de que se generen listas negras y represión
Este servicio es vendido por la propia compañía a terceros, con constantes actualizaciones y mejoras que lo han llevado implantarse con éxito en diferentes municipios de Oregón y Florida, EUA. A pesar de ello, el uso de esta tecnología en Norteamérica no goza de la misma libertad que en China. A diferencia del país asiático, donde el Estado controla esta herramienta sin estar sujeto a un marco legal que lo frene, en Estados Unidos la Unión de Libertades Civiles se ha puesto en vereda alegando los riesgos que el uso del reconocimiento facial supone ante posibles violaciones de los derechos de minorías, espionaje y violación de privacidad.
Al mismo tiempo, en declaraciones a RT News, Moisés Fernández, miembro del comité de empresa de la CGT en Amazon, afirmó que con el software Rekognition “se pierde la intimidad y se corre el riesgo de que se generen listas negras y represión. Acabaremos siendo señalados según la cara que tengamos”.
Esta corriente contestataria surge a raíz también del estudio publicado por Michal Kosinski. Profesor en la Universidad de Stanford, fue quién inspiró (indirectamente) las técnicas que derivaron en el robo de información a más de 50 millones de usuarios de Facebook a manos de la consultora Cambridge Analytica en 2018. Tras meses en la sombra, el investigador polaco cambió su ámbito de estudio. Si en un inicio creó un test en Facebook que permitía categorizar a los usuarios según su perfil psicológico, en su nueva investigación se centró en buscar correlaciones entre el tipo de cara de usuarios de Apps para citas con su orientación sexual, llegando a definir qué tipo de cara tienen las personas homosexuales. Poco después, Kosinski expuso su estudio a autoridades rusas, especialmente interesadas en reconocer rostros potencialmente “homosexuales” -tendencia penada en su país-.
La técnica antropológica de identificar los individuos con sus rasgos faciales, desarrollada en el siglo diecinueve por el investigador italiano Cesare Lombroso, había quedado relegada a los libros de historia dada su tendencia a sesgos racistas y etnocentristas. Tras el estudio de Kosinski, asociaciones en defensa de la igualdad étnica y de género han puesto el grito en el cielo al ver como una técnica propia de la época de la esclavitud volvía a salir a la palestra, y como con el reconocimiento facial quedará obsoleta la presunción de inocencia en base a la composición de nuestro rostro.
Koinski: ya no hay vuelta atrás en el hecho de que hayamos perdido nuestra privacidad
Tras su polémica investigación, Kosinski, en una entrevista al The Guardian, alegó que puede estar enfadado con la pérdida de privacidad que estamos viviendo, pero que no puede cambiar el hecho de que ya no hay vuelta atrás en el hecho de que hayamos perdido nuestra privacidad, y no hay vuelta atrás a no ser que destruyamos la civilización tal y como la conocemos, afirma el investigador.
Ante tales acontecimientos, parece ya superada la etapa de la información, mutando en la nueva era de la seguridad que, si no se gestiona con criterios legítimos y democráticos, y se inspira en parámetros autoritarios y restrictivos, nos abocará hacia la involución de la democracia occidental tal y como la conocemos.
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