El Reuters Institute for the Study of Journalism ha publicado recientemente un informe firmado por Federica Cherubini y Rasmus Kleis Nielsen sobre cómo los medios incorporamos los indicadores de audiencia a las redacciones. Silvia Cobo lo ha recogido en su excelente blog.
Hace meses que sigo con atención el trabajo de Cherubini, posiblemente una de las personas que ha estudiado más en profundidad los nuevos roles en las redacciones, especialmente vinculados al crecimiento de la audiencia o la participación. Desde redacciones modestas con un solo analista web a -si hay suerte y presupuesto- equipos multidisciplinares de más de diez profesionales que reúnen editores de social media, analistas, expertos en SEO y editores de innovación digital.
El brillante Avinash Kaushik describe a los analistas web con fina ironía. “Los superhéroes de analítica web, siempre en las primeras filas, luchando arremangados con barro hasta las rodillas, tratando de identificar los problemas reales y las soluciones que funcionan”. Confieso que más de una vez me he sentido así.
“Los superhéroes de analítica web, siempre en las primeras filas, luchando arremangados con barro hasta las rodillas, tratando de identificar los problemas reales y las soluciones que funcionan”
Con barro o sin, lo que es indudable es que los analistas ayudamos a responder preguntas importantes como: ¿Quién es nuestro público? ¿Nuestro contenido llega realmente a nuestras audiencias? ¿Cómo están interactuando con contenido que publicamos? ¿Qué impacto están teniendo los artículos o los vídeos más elaborados?
Nadie duda a estas alturas que introducir los datos en la redacción nos ayuda a tener una comprensión del contenido que consumen nuestros lectores y cómo lo consumen. Si somos capaces de poner los datos en el centro y crear un flujo de trabajo a su alrededor, podemos ayudar a la redacción a orientar mejor el contenido. Éxito seguro en los tiempos en los que la atención de los lectores es un bien escaso.
La mayoría de profesionales entrevistados por Cherubini coinciden en asegurar que la analítica web en la redacción no debe ser sólo cosa de los analistas y que los datos deben ser accesibles a todos, jefes de redacción, editores, productores y redactores. Conocen mejor que nadie su contenido y pueden detectar tendencias allí donde el analista no llega, que tendrá tiempo y recursos para sumergirse en las preguntas más complicadas.
Por último, aunque no menos vital: las noticias no se acaban cuando el autor pulsa el botón de publicar, lo que el editor digital del Guardian, Aron Pilhofer describe con sorna: el proceso de “publicar y rezar” para que el contenido funcione . Los periodistas deben entender que el botón de publicar no es el final del proceso, sino el inicio de un nuevo partido. Necesitamos más confianza que oraciones: tenemos un buen contenido, tratemos que llegue al máximo de lectores posibles.
“Es una pérdida de tiempo cuando un redactor pasa mucho tiempo trabajando en un artículo o un vídeo que termina en un agujero negro”, dice el periodista Stijn Debrouwere.
Pues eso.
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