¿Sabrías decir con seguridad cuánto tiempo pasan tus hijos frente a un dispositivo tecnológico? ¿Y qué tipo de contenido consumen? Existen numerosas herramientas que facilitan este trabajo a los progenitores, como los llamados controles parentales con el fin de que puedan navegar de forma segura y sana, pero ¿cómo funcionan? ¿Son seguras? ¿Son realmente eficaces?
Tras las diferentes etapas de la historia, hemos conseguido llegar a la que se ha denominado “Edad de la Información”. Esta etapa viene estrechamente ligada a la llamada Era Tecnológica, que a su vez se encuentra en una innegable y constante evolución, que, por nuestra parte, implica una adaptación también continua a los nuevos dispositivos, herramientas e interfaces disponibles. El número de plataformas aumenta, sus diseños y funcionalidades cambian tal y como lo hace la moda, y la calidad y variedad de los equipos mejora, lo cual hace, a su vez, que sean cada vez más complejos. Todo va demasiado rápido.
Dentro de las capacidades de cada individuo, la adaptación a los nuevos medios puede ser más rápida y/o más eficaz. Sin embargo, nunca podrá compararse con la facilidad de adaptación de los llamados “nativos digitales”: nuestros propios hijos, sobrinos, primos y los más jóvenes en general. ¿Quién no ha visto solucionado en segundos un problema que le ha tenido ocupado varias horas simplemente al dejar su móvil o PC a un niño? Observar el manejo y la soltura de un joven utilizando un aparato tecnológico es casi hipnótico, casi como si de un conocimiento innato se tratase. El problema de este caso es que nos hace olvidar que siguen siendo niños, y como tales, nos debe interesar su seguridad y aprendizaje, pero ¿qué factores deberías controlar de forma que tu hijo pueda disfrutar de una experiencia sana sin optar por apartarlos del inminente mundo digital?
Para ello, existen las llamadas “herramientas de control parental”, que permiten vigilar y dosificar el acceso a Internet de nuestros hijos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el ritmo de su evolución en las redes no es comparable al nuestro: cuando se encuentran con un problema informático (por ejemplo, que el control parental les imponga límites), y sabiendo y conociendo la facilidad con la que pueden obtener y compartir información en Internet, acaban adaptándose tanto al entorno que acaban buscando soluciones que les permitan saltarse estos controles.
El buscador de Google muestra casi 5 millones y medio de resultados mediante la búsqueda de las palabras “how to hack parental control”, y llega a los 3 y medio en su traducción al español: “cómo hackear el control parental”. Otras variantes del mismo mensaje ofrecen un número también significativo de resultados. Estas cifras rondan el millón de entradas en ambas versiones (español e inglés) cuando optamos por buscar la información en forma de vídeo, en cuyo formato podemos encontrar tutoriales paso a paso sobre cómo saltarse dichas restricciones tanto en consolas como en PCs, así como en dispositivos móviles. Este hecho deja claro que existe un interés por explotar dicho tema, así como una amenaza constante en cualquiera de las alternativas posibles a que los jóvenes puedan hacer un uso sin control de las redes.
Las herramientas de control parental conocen sus limitaciones, y se esfuerzan día a día (en la medida de lo posible) por corregir, mejorar y ampliar sus servicios, ya que de otra forma, perderían totalmente su utilidad básica; en este caso, proteger y vigilar la navegación de los jóvenes. Sabemos que ningún método es efectivo al cien por cien, por lo que la mejor estrategia es actualizarse para poder adelantarse a las nuevas tendencias de los niños a la hora de saltarse las restricciones, para poder prevenir o parar a tiempo cualquier uso indebido o falla que puedan estar aprovechando para campar a sus anchas.
En este post, te enseñaremos algunas de las técnicas que pueden estar utilizando tus hijos evitar dichos controles, y cómo puedes tú como progenitor anticiparte a cualquier intento de eludir estas restricciones.
EXISTEN RIESGOS SOBRE EL CONTENIDO QUE CONSUMEN
Internet guarda productos audiovisuales creados tanto por empresas como por los propios usuarios (se convierten en los llamados “prosumidores”: productores y consumidores del contenido). Esto es bueno, porque son los propios usuarios los que hacen que cada plataforma crezca, ayudándose entre sí y compartiendo información relevante para el resto de personas. El problema está en que esto no siempre es bueno, ya que algunas personas ven en esta libertad la oportunidad perfecta para aprovecharse, ya sea mediante la difusión de información engañosa, interés comercial o simplemente por diversión. Desde imágenes sensibles hasta publicidad engañosa, mientras navegue por Internet, tu hijo puede encontrarse con contenido que pueda hacer que su experiencia, hasta entonces enriquecedora, pueda resultar traumática.
¿SABES CUÁNTO TIEMPO PASAN DELANTE DE LA PANTALLA?
Según un estudio de Norton by Symantec, se ha determinado que, en España, los jóvenes suelen pasar dos horas y media al día frente a la pantalla de algún dispositivo informático. Aunque la relación que guarda esta cifra con la del resto de países de la Unión Europea es relativamente bajo, la cifra no deja impasible a los padres: de hecho, la mitad de la población de los padres del estudio declara creer necesaria cierta intervención en dicho tiempo de consumo, pero no saben cómo llevarla a cabo. Por lo tanto, también resulta importantísimo conocer y medir cuánto tiempo pasan nuestros hijos frente a una pantalla. Más allá de que pueda generar problemas de salud y psicológicos, se encuentran en una etapa en la que necesitan especialmente socializar con otros jóvenes, para lo que existen alternativas de ocio completamente sanas, divertidas y educativas en las que pueden ocupar su tiempo libre.
MÁS EVOLUCIÓN, MÁS PLATAFORMAS: MÁS PELIGROS
El aumento del número de usuarios, la mejora de la tecnología y la búsqueda de paliar nuevas necesidades y demandas hacen que el número de plataformas crezca a un ritmo vertiginoso. Esto hace que el número de frentes a tener en cuenta también se vea incrementado y, por lo tanto, no nos quedará más opción que seguir al paso de nuestros hijos para entender cómo funcionan las herramientas que empiezan a usar. Sin embargo, existen aplicaciones de fácil manejo que permiten controlar, en la medida de lo posible, qué y cuánto consumen nuestros hijos a lo largo de su paso por el mundo de la informática, desde a qué juegan hasta el número de horas que pasan frente a la pantalla.
Como padre, puedes evitar en cierta medida que busquen o encuentren cierto tipo de contenido de varias formas:
• El entorno informático contiene utilidades que pueden servirte para bloquear dominios que creas perjudiciales. Ya sea mediante un bloqueo desde el propio PC (mediante el uso del control parental, entre otros) o desde el router (algo más avanzado, pero serviría para todos los dispositivos y sería más efectivo), pueden encontrarse formas de saltarse las restricciones, como por ejemplo el uso de redes VPN o de proxys, o incluso de páginas que se encargan del aspecto técnico por ti, como hide.me o el proxy que usa el propio Google Translate. Todos estos métodos permiten hacer un bypass que les dé acceso a las páginas que quieran visitar. Aunque en este último caso la solución pueda pasar por bloquear dicha web, no dejaría de ser una solución a corto plazo ya que probablemente aparezca un número de nuevas alternativas que forzará a bloquearlas una a una. En este caso, sería recomendable un uso conjunto de los dos bloqueos (de router y de dispositivo), ya que usados de forma separada pueden resultar una barrera fácilmente franqueable por nuestros hijos.
• De la misma forma, hay métodos de control parental que permiten a los padres vigilar el contenido que sus hijos ven a lo largo de su estancia en Internet. Sin embargo, este tipo de herramientas, aunque útiles, se pueden esquivar sin problemas, creando nuevas cuentas secundarias. La parte buena es que, al usar otra cuenta, puedes deducir de forma rápida que, si tu hijo usa Internet, pero la herramienta no te informa de los sitios en los que ha estado, debe estar utilizando alguna forma externa de navegar, por lo que es un problema fácil de ubicar en cuanto ocurre.
• Existen navegadores especiales que controlan las páginas en las que entran los jóvenes, para bloquear las imágenes o dominios que puedan contener material sensible. El problema de esta solución es que el “hack” pasa simplemente por utilizar un navegador normal que pueda acceder a cualquier página. De hecho, si el niño se descarga un navegador portable (sin necesidad de ser instalado), puede llevar una navegación libre sin dejar rastro.
• En muchas ocasiones, los niños consiguen saltarse las restricciones simplemente usando las contraseñas de sus padres. No hace falta imaginarse un trabajo extenso y elaborado de hackeo al estilo de las películas futuristas; simplemente, son capaces de verlas, sonsacarlas o incluso adivinarlas. Por esto, se debe prestar especial atención, y recordar que, aunque son niños, su capacidad de estrategia puede ser más avanzada de lo que creemos.
De hecho, no porque sean jóvenes debemos pensar que no tienen nada que enseñarnos. Como prueba, podemos fijarnos en este curioso caso, surgido a partir de una duda relacionada con el control parental de Windows. En dicho foro, se discutía la aparición de un “bug” o error de programación que permitía a los niños usar el PC en horas prohibidas por el sistema. Entre todas las respuestas, surgió una en específico, lanzada por un niño que contaba cómo había sobrepasado las trabas que le imponía su padre:
“Soy un niño, y también he encontrado este error. Windows 8 tiene muchos agujeros de seguridad en el sistema de su control parental, existen numerosas formas de hackearlas y hacer bypass al sistema (en YouTube existen millones de vídeos sobre cómo hackear los controles parentales). Yo era muy sigiloso y monté una cámara en la pared de la oficina de mi padre, y cuando le pedí que pusiera la contraseña para poder descargar Photoshop, grabó la contraseña.
[…] Hoy en día, la mayoría de los niños usan su ordenador como fuente principal de entretenimiento. Ponerles a los niños un control parental sólo significa “genial, ahora tengo que buscar la forma de hackearlo/encontrarle algún fallo”, o “oh, vale. Simplemente me iré a jugar con mi teléfono, Xbox, etc.”.
Dadles a vuestros hijos una oportunidad, llegad a un acuerdo con ellos; por ejemplo, que tengan que pediros usar el ordenador, y tú les digas cuándo tienen que dejarlo.
No seas un dictador y bloquees sus PCs simplemente porque son tan listos como para encontrar un fallo.”
Este testimonio puede ser tomado como un toque de atención o un recordatorio de que, aunque a veces sea necesario por su seguridad, un buen control parental siempre debe empezar por un entendimiento mutuo, una conversación profunda y una buena educación, basada en la confianza, el respeto y la empatía, hasta que comprendan por qué es tan importante para ellos el uso de esta protección. Dichos factores serán los que hagan que este tipo de guías sean, poco a poco, innecesarias.
Comentarios
mi mama esta triste por mi papa y quiero averiguar algo de el ha comentado:
08/08/2020 17:44
mi mama esta quellora
Abril ha comentado:
21/05/2021 20:48
Ya me aburrí. Para k tengo celular si todo está bloqueado?
G.juez ha comentado:
04/11/2021 15:53
Gonzalo21
G.juez ha comentado:
04/11/2021 15:54
esto me gusta
BenitoCamela ha comentado:
28/10/2023 21:13
chinhenhanchin
BenitoCamela respondió:
28/10/2023 21:14
jejebua
Blas Cervera ha comentado:
16/04/2019 23:01
en nuestra academia de fútbol aunque tenemos la línea de e-sports hacemos un control del uso de las nuevas tecnologías. https://soccerinteraction.com
Isaac respondió:
12/03/2021 17:05
Npse