Esclavos del algoritmo

¿’Elegimos’ lo que vemos en plataformas online como Netflix? “La mayoría no lo escoge”, afirma Elena Neira, consultora y experta en el estudio de la compañía estadounidense, que cuenta con 140 millones de suscriptores en todo el mundo. Son los algoritmos los que hacen que nos decantemos por una serie o película u otra. “Netflix monitoriza a sus usuarios y conoce muy bien el contenido de su catálogo”, lo que permite adaptar la pantalla de inicio y las recomendaciones a cada persona y hora del día. De esa selección sale lo que acaba ‘escogiendo’ la mayoría de usuarios.

“La mayoría no escoge lo que ve en Netflix” Elena Neira, consultora

Los algoritmos nos controlan, pero también nos aportan beneficios. Ante la ingente cantidad de información y contenidos que hay hoy en día, nos ayudan a “gestionar la abundancia”, apunta Jaume Ripoll, cofundador de la plataforma online de series y películas Filmin. Según Santi Seguí, experto en el funcionamiento de los algoritmos, “nos ayudan a escoger”. Pasan un filtro para que la elección sea más fácil. Además, “contribuyen a que podamos conocer contenidos nuevos, afines a nuestros gustos”. Por ejemplo, una nueva serie que desconocíamos, similar a otra que nos encantó.

“Los algoritmos nos ayudan a escoger y contribuyen a que podamos conocer contenidos nuevos, afines a nuestros gustos” Santí Seguí, profesor de la UB

Si bien es cierto que los algoritmos nos aportan una mayor “practicidad y comodidad”, también “pueden construir trajes a medida peligrosos”, explica Neira. El motivo es que reducen nuestra elección a la selección que consideran mejor, lo que estrecha nuestra perspectiva, creando una especie de burbuja. Por otro lado, Seguí apunta que los algoritmos fomentan los estereotipos.

“Los algoritmos nos aportan practicidad y comodidad, pero también pueden construir trajes a medida peligrosos” Elena Neira, consultora

Gracias al big data –la gran cantidad de datos que generamos– las compañías están creando series a medida, adaptadas a los gustos de los usuarios. “El big data ayuda a las plataformas online a decidir qué películas comprar o producir”, aunque es cierto que si nos fijásemos únicamente en los datos, según que producciones no se habrían rodado, remarca Jaume Ripoll.

No sólo están creando series a medida sino que las plataformas también intentan vender el mismo producto de una manera diferente; a públicos distintos. Por ejemplo, cambiando la imagen de presentación de una serie o película en función de nuestros gustos. Jaume Ripoll pone como ejemplos las películas Melancolía o Intocable y cómo intentan seducir al espectador con imágenes diferentes.

Plataformas como Netflix o Amazon Prime Video ‘ganan dinero’ cuanto más tiempo pasemos en ellas. Es por eso que constantemente tratan de averiguar cómo lo pueden conseguir, gracias al big data y los algoritmos. En Netflix, un usuario tarda, de media, 90 segundos en decidir si ve algo, un tiempo crucial para cautivarlo y retenerlo. Además, para afinar las recomendaciones, la compañía estadounidense dispone de los famosos taggers, un grupo de personas que se dedica a ver el contenido de Netflix y ponerle etiquetas. Es la parte más humana de una empresa cuya arma ‘secreta’ es el algoritmo.

Y esto sólo es el principio, ya que, según Santi Seguí, los algoritmos van a continuar y cada vez de manera más sofisticada, lo que nos va a llevar a ser cada vez “más cautelosos y conscientes de los peligros que conllevan”. Es por eso que considera necesaria una mayor ética y transparencia por parte de las plataformas. Por su parte, Jaume Ripoll añade la importancia de espíritu crítico.

“Ante el avance de los algoritmos, va a ser más necesario que los espectadores desarrollen el espíritu crítico” Jaume Ripoll, confundador de Filmin